martes, 21 de agosto de 2012

El penúltimo estertor


Aunque tiene su gracia que una persona anónima escriba sobre cosas muy engorrosas, lo cierto es que la tecnología invita al pueblo a escribir sobre lo que le inquieta, lo que vive o lo que sufre. Tengo la terrible sensación de que la gente no es consciente de lo que realmente pasa. Disfrutamos de las vacaciones, los supermercados abren, los músicos tocan, los hospitales prestan sus servicios, las farmacias abren, los funcionarios cobran y los artistas cantan, bailan o pintan. Está claro que he olvidado a muchos, a muchos que el albedrío de la crisis hizo ya papilla, y que, a pesar de las ayudas, van a tener que esforzarse mucho para poder salir de la dura situación en que se encuentran. Si atendemos a parámetros como la fuga de capitales, este país parece que está en guerra, y no lo notamos porque las necesidades financieras de nuestros bancos, curiosamente, están compensadas por la enorme cantidad de pasta que nos presta indirectamente el Bundesbank a través de los programas de compensación de pagos entre las entidades financieras de la eurozona. Empiezo a tener la sensación de que el rescate es inevitable, y que la sutil relación que hasta ahora teníamos con nuestros acreedores, ahora se va a convertir en un entrega total hacia ellos, ya que no somos capaces de generar recursos para poder pagar nuestros excesos del pasado. Tampoco subiendo tasas y asfixiando al ciudadano y al sector privado, no parece resolver nada. A este gobierno no se le puede perdonar que fría a impuestos al ciudadano y al sector privado para salvarle el culo a un sector público que a mi juicio es un auténtico desastre. No han tenido valor para abordar la reforma estructural necesaria que obligaría al sector público a ceñirse a parámetros de sostenibilidad, calidad y racionalidad, propios del siglo XXI, nada de otro mundo, algo tan normal en Inglaterra, Alemania o Francia, y que posiblemente nos diera alguna esperanza para evitar el rescate, ¿o no?. A saber. Nunca me he identificado con este país, siempre me he sentido ajeno a la lógica y a las formas en que nuestro reino gira, donde un monstruo llamado Administración, dirigido por “mutantes” democráticos, manejan la mitad de la riqueza generada, la malgastan con toda impunidad, y nos entregan una factura y una estructura hipertrófica insostenible, a pagar en cómodos plazos de un millón de años para evitar su cierre. ¿De qué me quejo? Solamente mermarán seriamente el nivel de vida de la clase media, a los empresarios y a las empresas que todavía pueden pagar las estrangularán fiscalmente, a los funcionarios les tocará de soslayo, pero a los miles de políticos de pata negra, a los políticos de pacotilla refugiados en condados de fruslería, fundaciones y “empresillas” públicas de bisutería, a los sindicalistas “profesionales” de los dos o tres sindicatos de clase, a los partidos “democráticos” de todo pelaje, no les faltará de nada. Así nos va,  la poltrona sigue impertérrita, como antaño, inamovible a nuestra cuenta mientras agonizamos como país.

domingo, 12 de agosto de 2012

¿Cumplir o no cumplir?

El ministro alemán de Exteriores veranea en España desde su infancia. En una entrevista hecha por un diario de su país, aparte de mostrar predilección por los pimientos de Padrón, muestra su total convicción de que el presidente español aborda con determinación la crisis, aplicando las reformas necesarias para evitar tener que recurrir a un “rescate”. También está convencido de la solidez de nuestra economía, que aunque no pasa por su mejor momento, tiene todavía pulso para  superar las dificultades en las que está inmersa. Comenta también, que la socialización de la deuda echando mano de la creación de los eurobonos  no es negociable, rompiendo con las expectativas de los gobiernos de Francia, Italia y España, de pretender reducir así la elevada cifra que tiene la “prima” y el pago de intereses de la deuda italiana y española. Aparte del optimismo que muestra el ministro alemán sobre nuestra economía, coincido con él en otra entrada que los “eurobills” para mí no son la solución, ya que, al igual que ocurre con el compromiso del déficit público, tendríamos que estar sometidos a un rigor fiscal, que de no cumplir, nadie se “comería” los bonos. Ésa es la cuestión, ¿cumplir o no cumplir? Aquí está nuestro verdadero problema. A pesar del incremento impositivo, la patología del despilfarro parece seguir acumulando déficit en lo que va de año, y el partido de la oposición sigue cacareando que los recortes están gravando la crisis. Si ni con recortes somos capaces de controlar nuestro déficit, veremos como lo consigue la oposición. Dicen que el descuadre viene dado por un adelanto transferido a la Seguridad Social y a las comunidades autónomas, aunque me gustaría saber cómo las “solventes” comunidades devolverán la pasta, o cómo mejorarán los números rojos de la Seguridad Social si no desciende el paro. En fin, mis mejores deseos para Montoro, pero o recortamos en serio o pringamos con un “rescate”, que, al contrario de lo que mucha gente piensa, no deja de ser otro problema, y no una solución.
Por otro lado, lamento la desidia veraniega a la hora de escribir, y espero mejorar con un mayor incremento de entradas en este blog próximamente. Disfruten de la música estival.