lunes, 22 de julio de 2013

Como comer un "marrón"

    Siempre me ha fascinado el amplio sentido común de la “generalidad social”, de esa maravillosa grey, humilde y sencilla, que sufre en silencio los devaneos de la historia, eso que generan los “carismáticos” y simpáticos líderes que alimentan su ego con la megalomanía del poder a cuenta de todos nosotros.
    Pretender salir medianamente bien parado de una crisis pasa siempre por ofrecer lo antes posible información sincera y veraz sobre el “marrón” que se ha cocido, disculpando lo ocurrido, reconociendo los errores y, sobre todo, dar cumplida información sobre el asunto antes de que los rumores se asienten como indiscutibles verdades. Recuperar la credibilidad nunca es fácil, pero para reparar el fiasco se puede empezar por intentar explicar lo que pasa y lo que se pretende hacer para evitar que se repita, apuntalando los primeros resquicios de una renovada confianza.
    Eso es lo que posiblemente hubiera hecho yo, y lo que el sentido común me dicta, pero es difícil que yo incurriera en las inexplicables torpezas que nos suelen brindar los líderes de la manada en este país. Hablando de manada, poner al más macho de todos administrando los billetes es tremendamente arriesgado, ya no sólo porque se lleve él la pasta, sino porque acaba siendo el auténtico líder al manejar cuando quiera, con miserables dádivas, a los que se dejen seducir por el exquisito olor del parné.
    En fin, estoy tan perplejo por lo que pasa en este país que si me lo cuentan no me lo creo, y a su vez, curiosamente, estoy tan intrigado en conocer como acabará el melodrama que no me pierdo ningún capítulo.
    El sentido común de la gente no perdona, y los que se pasan de listos suelen acabar mal, por muy astutos que se crean, aunque haya media nación que se ruborice y la otra que se parta el culo a su cuenta. Es una pena, y quizás ya tarde para una explicación verosímil sobre lo que despacha el “Bar Cenas”, donde ahora sólo abre los domingos para servir platos fríos, como lo demanda toda vendetta que se precie.

miércoles, 17 de julio de 2013

Más de lo mismo

    Es curioso, pero la solución a nuestro grave problema del paro parece ser que pasa por comprometer más dinero de la Europa razonable. En fin, pocos cuestionamos lo que ahora bendicen juntos el gobierno y la oposición, y parece ser que “convencieron” a la Europa solvente de que regando puntualmente con la “pasta gansa” de todos el seco panorama del paro, el trabajo brotará sin más. Nadie piensa en el abono y en los nutrientes básicos que la tierra debe contener para que con el dinero “fácil” se asiente el futuro. De repente, tanto al gobierno como a la oposición les apremia sacarse de encima la lista del millón de parados juveniles, haciendo creer a todo el mundo que con los 6000 millones cualquier cosa es posible.
    En la mayor planicie de ninis de Europa, ese neologismo en el que cabe todo aquel que renuncia a cualquier compromiso y esfuerzo por superar su propia condición, pretendiendo vivir negándose a asumir cualquier iniciativa que les lleve a hacerse dueños de sí mismos, sólo queda la pasta, esa pasta bonita que parece fluir como el viento a pesar de que somos los parias de la comunidad. No vale de nada la pasta sin el compromiso y esfuerzo de una sociedad por superarse a sí misma, y no vale ninguna escuela del Universo para quien se niegue a estudiar. Yo soy tan escéptico como Merkel, y la cultura del trabajo es una cultura de vida, es algo que va más allá de que el estado, el partido o el sindicato, capitalicen un aspecto vital que depende en gran medida de nosotros mismos, del trabajo duro, del compromiso y del esfuerzo, que cada uno de nosotros pueda empeñar para resolver su propia vida. En fin, más de lo mismo.