miércoles, 9 de enero de 2013

Indigentes. ¿Sí o no?

Evitar la quiebra no es fácil, sobre todo cuando la falta de recursos es un hecho, y en las circunstancias actuales, poner empeño en saldar las deudas contraídas por los excesos económicos consumados anteriormente es muy importante, ya que sin ello dejaríamos de ser solventes como país. ¿Qué es la solvencia? La solvencia no es, ni más ni menos, que la capacidad que tiene un país de mantener su liquidez y de pagar sus deudas a su vencimiento. Ahora somos un reino que no sabe de dónde sacar los recursos para poder hacer frente a sus obligaciones y a todo aquello a lo que nadie quiere renunciar, pero sin una buena administración de lo poco que se tiene, nada será posible. ¿Por qué? Porque si no pagamos las deudas nadie nos fiará un duro para poder disponer de dinero en efectivo y garantizar de alguna manera esas cosas que aquí antes eran normales, pero que ahora casi se han convertido en un lujo, aunque las sigamos pagando todos. Esto no es más que un círculo vicioso, que se convertirá en virtuoso si somos capaces de resolver nuestros problemas con lo que tenemos, siendo obligada la austeridad, la buena administración, las reformas pertinentes para poder sostener el “sistema” y el pago inexorable de lo que debemos.
    Parafraseando a James Allen, las circunstancias no hacen una nación, sino que delatan realmente como es. Un país que no se revela contra la crisis abordándola como una oportunidad para superarse a sí mismo, acabará siendo un país cautivo de su propia indigencia.