sábado, 2 de febrero de 2013

La pota empieza a hervir (Parte I)

El contexto económico empieza a hervir, y nadie puede negar que algo está cambiando. El fantasma del “rescate” se aleja, y los “pseudoparámetros” económicos que tanto dieron que hablar durante mucho tiempo, como son la prima de riesgo y el índice bursátil, han enmudecido notablemente en el ámbito mediático, dejando de ser el macabro baile de cifras que marcaba el ritmo cotidiano de una incertidumbre asfixiante. Sin poder rehuir que la prima de riesgo y el índice bursátil son inicialmente el rostro de la confianza, existen otros parámetros más prosaicos, pero quizás más importantes, que manifiestan una apreciable mejora. Por ejemplo, la voracidad con que se tragan nuestro “papel” fuera de nuestras fronteras está abaratando la financiación del estado, y tal es la facilidad con que despachamos los bonos a largo, medio y a corto plazo, que se dice que actualmente está cubierto más del diez por cien de lo que se pretende colocar en el 2013. El sector privado, tanto empresas como bancos, están financiándose ahora incluso mejor que el sector público. Hace un año muchos bancos de nuestro país ni siquiera podían salir al mercado, pero ahora ya lo hacen varios de ellos. Las dos palabras claves que animan la fiesta son la confianza y la rentabilidad. En un sistema globalizado donde en todo el mundo se cuecen habas, buscar sacarle más partido a una inversión parece ser el secreto que atrae nuevamente inversores foráneos a nuestro país, en gran medida por las reformas adoptadas por el gobierno actual. Hay dos preguntas que me resultan obvias: ¿Por qué no se materializa directamente en puestos de trabajo todo esto ? ¿Habría menos paro que el que hay actualmente si este país quebrara, es decir, si no se hubieran adoptado las impopulares medidas que el gobierno actual implementó?

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