jueves, 21 de junio de 2012

Gris


Europa tendrá que dejar de acoger a extraños animales de compañía, o asumir que siempre van a dejar de cumplir lo que se les dice, no por mala fe, sino porque su frívola  naturaleza se lo impide. El perfil de Europa no suele coincidir con el de los países de la periferia. Será difícil que Grecia, aunque apueste por Europa, deje de ser realmente un problema. España lleva camino de cronificar sus males, y ahora, aunque esté a la altura el gobierno de lo que se requiere para salvar puntualmente la situación, lo cierto es que hay que hacer mucho más. Existen problemas que todavía siguen asintomáticos, pero de no poner remedio, arruinarán de nuevo nuestra economía y nuestra paz social. Demasiados jóvenes con una patética formación por el arraigo de un discutible sistema educativo, incapaz de inculcarles el compromiso y el esfuerzo como base indispensable para asumir la responsabilidad de ser dueños de sí mismos. Incapacidad manifiesta para reducir una estructura estatal que es una autentica ruina, anclada en dar cobijo a una increíble cantidad de “distinguidos” que no podrían vivir nunca mejor de otra cosa, por eso se vuelve irrenunciable. Escasa capacidad para poner en cintura las megalomanías de poder de numerosos caudillitos, que suelen disputar su elección a golpe de talonario público con justo reparo en el gasto que asumen, prodigando lo que haga falta para superarse a sí mismos, que deberían de estar muy agradecidos con nuestra simpática Europa, porque a estas alturas todavía no se han enterado de que el origen de nuestro mal es más político que económico. Muchos años de democracia con un continuo desgüeve, donde lo bueno de una sociedad lo comprometieron, por acción u omisión, todos aquellos en los que la gente había depositado su confianza. Por si fuera poco, aquí tenéis al que superará a ZP, ya que pretende mover la locomotora como lo hizo él, pero con el dinero de toda Europa: Hollande. Lean,lean...

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