En la última subasta siguen los inversores demandando bien nuestra
deuda, aunque en los bonos de tres y seis meses pagamos un interés superior al
anterior, siendo este interés el más alto desde noviembre. Esta última subasta
es la primera celebrada después del plan de ajuste del Gobierno, y los mercados
no se pronunciarán de nuevo hasta el día dos de agosto, donde se celebrará la
próxima subasta de bonos. Es curioso que el “espectáculo de la prima”, que
estuvo muy por encima de los 600, trae al gobierno y, sobre todo, a los
versados políticos y sindicalistas, recelosos, mirándola cuando se incrementa como
si fuera el fin del mundo, poniendo en duda la bondad del “sistema”, ya que
“otro es posible” donde esta incertidumbre no moleste y el maná de “los panes y
los peces” se prodigue abundantemente con la inquebrantable fe de aquellos que
con el viento alternativo se nutren muy bien. En fin, hoy escribo sin vocación,
sabiendo de antemano que la prima ahora vuelve al redil de lo “razonable”,
porque el explícito apoyo del presidente del BCE a nuestra moneda común y el
compromiso de Alemania y Francia a preservar el euro, disipan la desconfianza
de aquellos inversores que no están dispuestos a comprar nuestros bonos sin
reclamar un mayor interés para compensar los riesgos. Estoy convencido que
ahora nos toca a nosotros asumir nuestra responsabilidad, y ante la necesidad
de seguir disponiendo de liquidez recurriendo a los mercados, tendremos que
adoptar las medidas necesarias para demostrar que la desconfianza que impera en
los mismos no es más que una distorsionada percepción de la realidad, y que a
partir de ahora sí reduciremos el déficit público, reduciendo el estado, gestionando
mejor los servicios y empresas públicas, la sanidad y las autonomías, dejando
de subsidiar todo aquello que tienda a socializar los riesgos de cualquier
iniciativa privada y terminando con la prodigalidad del subsidio de desempleo,
entre otras medidas. Quiero recordar que la prima de riesgo es algo así como el
indicador del miedo que tienen los ahorradores a perder su dinero cuando lo
invierten, y que son miles de familias, empresas y fortunas, los que invierten
en los fondos de inversión de cualquier país del mundo, y que sólo invertirán
en todos aquellos países que demuestren que gestionan bien su dinero, de lo
contrario, o no lo hacen, o lo hacen a cambio de una cuantiosa suma de
intereses. Un amigo del otro lado del charco que pasó unos días en Europa, sentenció:
“Europa no se levantará en la vida porque está totalmente subsidiada”. Agudo
comentario, que a más de un lector inteligente le dará mucho que pensar. No
habrá otro pronunciamiento de las autoridades monetarias para salvarnos el
culo, tenemos que actuar ajustándonos a lo que podemos para lograr seguir
financiándonos sin que nos tiemblen las orejas entre cada subasta.
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