sábado, 13 de octubre de 2012

Está en nuestras manos




Cuando era un chaval, oía comentar a mi padre que los problemas económicas siempre se podían superar. Problemas reales eran otros, como los que puede depararnos la salud, donde en ocasiones, poco control tenemos sobre una situación crónica que nos condicionará para el resto de nuestra vida. Se podrá vivir con más o con menos, pero con un mínimo de pudor a la hora de administrar nuestros bienes, de compromiso, esfuerzo y tenacidad, todo es superable. Está en nuestras manos asumir nuestra responsabilidad a la hora de mejorar nuestra propia condición. Ésa es la mejor contribución social que podemos hacer a una comunidad en crisis. Nadie puede esperar a que la providencia le resuelva su situación. Es una obligación moral adquirir la formación o destreza necesaria para poder ubicarnos laboralmente donde la oportunidad nos lo brinda, contribuyendo así a la mejora de las cosas eludiendo la dependencia de los demás. Ésta era la filosofía que acompañó a la mayoría de los jóvenes poco después de la transición. Nadie quería depender de nadie, aunque también es cierto, que la prodigalidad en los subsidios no se daba, y en gran medida me atrevo ahora a señalar eso como parte del problema, y no como una solución. Stay hungry, stay foolish, así terminaba el discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford en la ceremonia de graduación del año 2005. Discurso memorable, y salvando la distancia, ganar un duro honestamente como sea, pero no deber ni depender de nadie, es la esencia de la verdadera libertad.

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