domingo, 2 de junio de 2013

Sobre lo mínimo

Tuve siempre la impresión de que la falta de libertad económica condiciona la severidad de la crisis en la que estamos inmersos en este país. Mi percepción es que aquí, en general, giró la economía haciendo caso omiso a los indicadores de eficiencia que siempre nos delataban como un país con un rendimiento muy por debajo de lo que nos identificaría como realmente serios. Es difícil que alguien pueda emplear a otro a un precio superior al que puede ofrecerle, y aunque al numerario sindicalismo vertical que padecemos le cueste entender lo que digo, si el salario mínimo se establece muy por encima de la productividad que pueda generar un trabajador, tengo la convicción de que la mayoría de los trabajadores acabarían en la calle. Siempre habrá una España de delirio que hábilmente distorsionará la realidad, señalando como causa de todo mal esa depravada razón empresarial que tiene como único objetivo el afán de lucro y, por extensión, la iniquidad por excelencia, ese capitalismo “aterrador” que tanta “mala” vida nos viene dando durante tanto tiempo. Esto es de consumo interno y, quizás, por desconocer el socialismo, es triste que haya gente que todavía se lo trague. Cuando yo empecé a trabajar no tenía salario mínimo. Era músico de baile y, tanto yo como mis compañeros, cobrábamos lo que trabajábamos. En ocasiones, firmábamos con el contratista un sueldo por cierto tiempo a cambio de que él dispusiera de nosotros para trabajar, y siempre que nos garantizara el sueldo pactado, obviamente sacaba también partido de este negocio. Los empresarios con los que he trabajado cumplieron como lo hicimos nosotros, y siempre estaré agradecido por la confianza y la oportunidad que nos brindaron. Fue mejorando día tras día el resultado económico de la música, y fue a costa de nuestro esfuerzo, compromiso y tenacidad, pagando la gente cada vez más por los buenos momentos que les ofrecíamos. La eficiencia está en el curro, más compromiso y esfuerzo, mejores resultados y mayor sueldo. Así nos lo currábamos, y así es como creo que debieran de ser las cosas inicialmente, sin trampa ni cartón. No conozco a nadie que no superara en el tiempo el sueldo “mínimo”, pero establecer un salario por ley por encima de lo que los empresarios pueden realmente ofrecer, a mí no me cabe la menor duda de que muchas oportunidades de trabajo se acumularán irremediablemente en las oficinas del paro. En los Estados Unidos de América también todo esto está a debate, y aquí les dejo esta interesante página web para enterarse del tema. Por favor, insisto, no confundan la estafa y el alegre albedrío hipotecario con el capitalismo, porque el capitalismo por virtud es hacia donde converge una sociedad siempre que sea libre.

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